Da igual el rincón donde te escondas, los problemas te persiguen. Te refugias en el mundo virtual y te sorprenden allí. No hay escapatoria. La herida duele el triple, por el ahora, por el ayer y porque te das cuenta que sigues siendo frágil e incapaz de enfrentarlos... Se es como se es, el tiempo y el sufrimiento no te hace más fuerte ni mejor persona. Tras la pantalla caen las lágrimas, mientras escribes jajaja. Has pensado un millón de veces que habría pasado si hubieses hecho las cosas distintas...No encontrando una respuesta concreta. Todos hacemos lo que pensamos y sentimos en ese momento. Nadie de nosotros tiene conciencia plena de las consecuencias después de cualquiera de sus actos. Intentas rectificar tu comportamiento y te cuesta el alma. Esta vez tu comportamiento será distinto aunque llores lágrimas sangre. No soportarías tener otra vez la duda de que podrías ser mejor. Y te das cuenta que da igual lo que pase, que cambie tu comportamiento… todo este fuera del control de nuestras manos y que nunca saldrán las cosas como desearíamos. El destino vuelve a jugar con nosotros, sin poder evitar no sólo caer en su red, si no también a volver a equivocarnos.
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